Santa Anita: apedrearon una máquina para fumigar en la zona rural

Un empresario agroaplicador denunció que una de sus máquinas fue apedreada en la zona rural de Santa Anita. Afirmó “no somos escuchados”, y que “hay una persecución que atenta contra la fuente de trabajo”.e_1409410439

“Esto ya parece una caza de brujas…nos meten a todos en la misma bolsa. Anoche, por un problema mecánico, dejamos estacionada (en la zona rural de Santa Anita) una máquina (mosquito) -que aún no había trabajado- y la atacaron a piedrazos, lo que provocó la rotura del parabrisas”, se quejó Gustavo Hein. El empresario dijo a Riel FM que siente que “no somos escuchados”, y que “no hay una discusión seria sobre la cuestión (las agroaplicaciones)”, y que “hay una persecución que atenta contra la fuente de trabajo”.

“Las reuniones impulsadas desde la legislatura fueron buenas para las tapas de los diarios, ocurre que no están todos los actores que debieran y se piensa en un maquillaje…en el campo -como en todo ámbito- se hacen las cosas bien y mal, y no es posible que quienes nos preocupamos por hacer las cosas como corresponda paguemos los platos rotos”, declaró ofuscado.

“Cualquiera tiene una máquina y sale a “fumigar”, no hay capacitación, y la habilitación de las máquinas es un mero trámite con fines de recaudar…pagas en el banco y te mandan una oblea y eso te habilita una máquina con la que podes hacer cualquier macana en el campo. La verdad es que cuando te dicen “máquina habilitada” da risa, si ni siquiera vienen a inspeccionarlas…te habilitan bajo un cierto protocolo que consiste en enviar un formulario a la Secretaría de Agricultura y esta expide una oblea con la leyenda: “habilitación 2015″, en fin”, prosiguió el empresario.

Según Hein “no existe un control por parte del Estado que garantice las condiciones que tiene la máquina, ni que conocimientos tiene el que trabaja con ella”, y que con una experiencia de casi una década y media en el rubro afirmó que con su empresa -como lo hacen otras tantas- “invierto constantemente en capacitación, por lo que siento indignación e impotencia con lo que nos ocurrió”. Pero además reconoció sentirse “asqueado” con la liviandad con que se trata el tema, “hay gente que -a pesar de tener colgados diplomas en la pared- dice cosas que dan risa, peor aún generan un clima que radicaliza la cuestión, lejos de buscar soluciones a los problemas que se nos presentan”.

“Aplicamos veneno, no agua bendita, pero no me considero un kamikaze para manejar de manera impropia los productos que me contratan para aplicar en la agricultura actual, la de arado de rejas y la rastra no vuelve más, pero es imperioso que hagamos las cosas bien, con responsabilidad, con gente calificada y se especialice. Hay gente que la “pegó” económicamente y puso a su peón desocupado del galpón a manejar una máquina para que desparrame veneno, lo que constituye un verdadero problema y que además atenta contra la gente que está constantemente capacitándose e invirtiendo en calidad”, dijo más adelante Hein quien para dar una idea de lo complejo que es el tema contó: “si uno se niega a realizar una aplicación porque está próximo a un poblado o un gallinero, pierde porque viene otro que sí lo hace”.

En definitiva entiende que lo que está ocurriendo “atenta contra la sustentabilidad de muchas empresas y sus trabajadores” y que por eso opina que “lo que hay que calificar es el oficio, profesionalizar la actividad y el que no esté a la altura de las circunstancias que ponga una panadería o una tintorería”.

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