A pesar de los esfuerzos de la Junta de Gobierno, Vialidad y vecinos, los caminos de tierra de esta y otras localidades no logran recuperarse. La lluvia que se registra desde anoche, volvió a dejar caminos intransitables por el barro y algunos pasos, como en la zona de la Escuela N° 20, quedaron prácticamente cortados. 
Generalmente las lluvias benefician a las zonas rurales, tanto para los cultivos como para el ganado, pero cuando son en exceso como durante gran parte del 2016 y lo que va de este año, son más sus efectos negativos que positivos.
Uno de los sectores más afectados es la red vial de caminos terciarios, más conocidos como «de tierra». La localidad de Isletas, si bien cuenta con el camino de ripio que la comunica con Costa Grande y Ramírez y otros pequeños tramos mejorados con broza o piedra de arroyo, son más los caminos de tierra y una gran porción de la población y producción no tiene otra alternativa que transitar por esas vías.
En el último tiempo, afortunadamente, funciona el trabajo en conjunto entre la Zonal Diamante de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), la Junta de Gobierno y algunos vecinos. No obstante, por la escasez de recursos y las lluvias frecuentes los esfuerzos no alcanzan y en muchos casos, el arreglo realizado vuelve a foja cero a los pocos días u horas por las precipitaciones.
Las lluvias que se registran desde la noche del viernes, nuevamente han provocado el corte de al menos un camino en la zona de la Escuela N° 20, Acuerdo de San Nicolás. En el lugar, a mediados de enero, la lluvia se llevó una planchada. Posteriormente se había realizado un «arreglo provisorio» entre Vialidad, Junta de Gobierno y vecinos, pero ahora el agua volvió a destruir todo.
Suerte similar sufren otros caminos, que ahora están intransitables, como el de tierra que une Isletas con Ramírez o la obra inconclusa, que comunica a la localidad con Crespo. A ello se suma el progresivo deterioro de los mejorados con ripio y broza que comunican a amplias zonas rurales. (IN)
Fotos: Ale Gross (F)
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